Un café, dos de azúcar, un libro a medio
leer.
–¿Necesita algo más? Pregunta el mesero.
“–Sí -pienso- necesito dejar de cuestionar la vida y dedicarme a
vivirla; sin porqués, sin razones. Necesito dejar de sentir miedo, necesito
reírme más, necesito respirar más despacio; vivir más despacio, ser menos
consiente, estar más atento, tomar más fotos. Necesito recordar que como hoy no
hay más días, necesito darle la oportunidad al mundo de sorprenderme, necesito
volver a amar, dejar de amar. Necesito momentos que
valgan la pena, necesito dormir, necesito viajar; ver el mundo, todo, por
pedacitos. Necesito un dolor que me marque por siempre, necesito escuchar
historias de ayer, de hace un año, de nunca. Necesito perderme en la sonrisa de
alguien, necesito dejar de mirar atrás, necesito insistirle al reloj que pare
sabiendo que no me escuchará, necesito…”
–No, no necesito nada más. Está bien por
el momento. Respondo.
-Sara Betancur
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