sábado, 18 de junio de 2016

Conexión


A  Camilo, gracias por recordarme
verdades inquebrantables.  


                       Hay algo curioso con las ideas, me inclino a creer que son como niños traviesos que juegan en la cabeza sin pedirle permiso a nadie. Me pasa todo el tiempo que las siento de aquí para allá persiguiéndose unas a otras intentando encontrarse algún sentido, algún orden, alguna forma de salir, de ser algo que transforme lo que son. 
Por eso, mantengo siempre una libreta y un lapicero, para irlas tatuando entre las hojas cuando se dejan atrapar, cuando se hacen coherentes y me permiten escuchar que es lo que tanto quieren decir con su corre-corre. 
Claro está que no siempre dejan que me les acerque, son bastante ariscas, las ideas, digo. Gobiernan ellas solas su propio mundo y defienden su libertad a capa y espada. No les gusta andar por ahí dejándose encasillar por cualquier momento de lucidez que algún loco tenga de vez en cuando. Las ideas son sabias, y solo se le materializan, de vez en cuando, a quien realmente lo merece.

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